domingo, 17 de julio de 2011

...¿HASTA CUANDO?

Hubo un tiempo en el que la princesa, con aparente alegría y engañosa felicidad, saltaba y correteaba por tierras no seguras, tierras llenas de caminos maltrechos, caminos confusos, caminos pedregosos, que con el paso del tiempo fueron dañándola, hiriéndola y maltratándola. Tierras pertenecientes a un príncipe por el cual la princesa sentía una adorada devoción que le impedía reconocer el daño que le causaba. La princesa intentaba ser feliz a cualquier precio.

En esos trances, la princesa se dejaba agasajar, halagar y mimar por otro príncipe, un príncipe proveniente de otras tierras, bellas y seguras, todo lo contrario que las tierras de aquel otro príncipe. Tierras libres y sin peligros, tierras seguras y tranquilas. Tal príncipe, que durante un tiempo permaneció sepultado por la inconsciencia y el maltrato inflingido por la princesa,  la miraba, le hablaba, se quejaba de su situación, de los privilegios con que era agasajado el otro príncipe y las migajas que el recibía por parte de la princesa. A veces dichas migajas no llegaban a tal categoría.
Pero la princesa, a sabiendas de la delicadeza del príncipe, del trato que le otorgaba, siempre a su lado, apoyándola, tendiéndole su mano para cogerse y avanzar procurando el menor daño posible, sintiéndose mas libre y mas ella misma a su lado, continuaba mirando hacia tierras malditas obligando al príncipe a soportar la humillación y el daño que eso comportaba.


La princesa, a pesar de su apariencia, era desdichada, porque percibía ese dolor, aunque le costase aceptarlo, las pruebas estaban en su cuerpo, en sus pies,  y en los pies del príncipe, cosa que la intranquilizaba, cosa que no le ocurría a el otro príncipe que andaba firme y seguro con sus pies protegidos gracias a la princesa.

Todo era un tormento, día tras día, lo era para la princesa porque se debatía entre la atracción de aquel otro príncipe, atracción dañina, y la necesidad que sentía hacia el príncipe que le proporcionaba lo que ella necesitaba, lo que quería, lo que siempre había anhelado.

Entre tanto pasaban los días, la princesa seguía saltando y andando, saltando y tropezando, callando, ocultando, tirando del príncipe el cual estaba cada vez más cansado y dolorido. Y seguía debatiéndose entre lo bueno y lo  malo, el bien y el mal...

...hasta que...un día, un día en apariencia normal, la princesa en un atisbo de conciencia y generosidad hacia ella misma y hacia el príncipe, señalo el "túnel", aquel túnel que un día el príncipe le mostró, al final del cual se vislumbraba la paz, la verdad, la honestidad, la esencia de todo, de ella misma. Lo señalo con fuerza y segura, con confianza de querer atravesarlo, decidida...

La princesa es consciente de lo acontecido en el pasado, lance que le causa un profundo dolor cuando acuden a ella los recuerdos, como se comportó con el príncipe, ahora su príncipe, como le causó tanto daño que aún persiste y está ahí, en un lugar de su corazón, dolor que sólo ella es capaz de curar y la cura es el reconocimiento de tales males.


La princesa acompañada de su príncipe continua atravesando ese túnel, dispuesta a curar esas heridas, a dar su vida por ello, por su príncipe, porque ella es SU princesa, solo suya.

4 comentarios:

  1. Siempre me intrigó este tema en este blog... jeje.
    Pero como la curiosidad mató al gato, mejor... calladita me veo más bonita ;)
    De todas formas he de decir, que disfruto mucho, a pesar incluso de la melancolía, la dulce forma que posees de narrar.
    Cariños, linda princesa!

    ResponderEliminar
  2. Reconocer los errores y las situaciones, es digno, es honesto y es el primer paso para rectificar.

    Me alegra mucho que hayas dado ese paso.

    ResponderEliminar
  3. Sweet, puedes preguntar siempre que tengas alguna curiosidad o duda sobre lo que se expone en este blog, estoy seguro que el Príncipe y la princesa estarán encantados de comentarte.

    Y ya a aprovecho la ocasión para agradecerte tu seguimiento y participación en el blog.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Tu pregunta Sweet, o mejor, sigue leyendo, quien sabe, igual se descubren más cosas...
    Gracias por tus palabras, eres un amor, besossssssssssssssssssssssss.


    Mi Príncipe, sabes que estoy dispuesta a todo con tal de conseguir tu felicidad, nuestra felicidad. Tuya, Tu princesa.

    ResponderEliminar

✎✏✐